Que me importa
el son de tu guitarra.
Que me importa
el baile de figuras.
Que me importan
tus suspiros lejanos
sin principios.
Quién eres
para considerarte el
salvador
de los vil mortales,
quién te pidió
salvar de la miseria
a los miserables.
!Quién¡
Te paraste a pensar
que tal vez elegimos
nuestro camino
siguiendo nuestras propias
leyes
sin importar el destino.
Tal vez necesitamos
sentirnos victimas para
poder
castigar como jueces y
verdugos.
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