Se me acabó la paciencia.
No más droga que mutila la existencia y exprime la esencia…
Mío es el aire que respiro, el perfume que me embriaga.
La lluvia que resbala por mi rostro.
La luna que me señala las noches y el amanecer cada mañana
Míos los pasos por caminos angostos o vergeles
Míos los instantes,
los sueños y la aurora.
Mío, mí pasado, creador de mí presente
Holograma de mi historia.
Tuyas, las reliquias que te embargan
Los rumores que te acontecen
La torre de Babel que te habita
Y el espíritu que te corrompe.
El que esté libre de pecado que tire la piedra
Pero jamás, esconda la mano.
Bien dicho...
ResponderEliminarMe gusta tu poema, dice mucho y bueno.
Besos y feliz vida.
Infinitas gracias Ma, Me alegro que te guste, siempre es un honor y un placer tu paso y huella.
EliminarFeliz vida para ti y los tuyos!