04 enero 2015

¡Se acabó!



Se me acabó la paciencia.
No más droga que mutila la existencia y exprime la esencia…
Mío es el aire que respiro, el perfume que me embriaga.
La lluvia que resbala por mi rostro.
La luna que me señala las noches y el amanecer cada mañana
Míos los pasos por caminos angostos o vergeles
Míos  los instantes, los sueños y la aurora.
Mío, mí pasado, creador de mí presente
Holograma de mi historia.

Tuyas, las reliquias que te embargan
Los rumores que te acontecen
La torre de Babel que te habita
Y el espíritu que te corrompe.

El que esté libre de pecado que tire la piedra
Pero jamás, esconda la mano.

2 comentarios:

  1. Bien dicho...
    Me gusta tu poema, dice mucho y bueno.
    Besos y feliz vida.

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    1. Infinitas gracias Ma, Me alegro que te guste, siempre es un honor y un placer tu paso y huella.
      Feliz vida para ti y los tuyos!

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