Ahora no escucho ruidos
Sonidos
de cadenas
arrastradas
por el negro túnel
de
otras pieles o abrigos.
Ahora, sigo mis pasos, huellas
pisadas
de peregrino.
El
vagón chirría en su vaivén
por carriles tortuosos, agrietados...
rasgados
por las tormentas del tiempo.
No
hay parada, ni paso atrás
donde
reina el olvido.
La
cuneta frena momentáneamente.
Terremotos
atrapan tu esfinge
Mutilado
sigues tu destino.
Entre
corales está el misterio
Cuevas
sencillas, llenas de esencia
Una a una, haré recuento.
Nada
quedará en el olvido.
Volverá
el color...
La
justicia premiará...
¡Al
injusto su castigo!
Volverá el color
ResponderEliminarla Justicia premiará
al injusto su castigo.
Magnífico poema, Mercedes, cerrado con este gran broche.
Besos preciosa.
Algún día así será José, La justicia premiará al injusto su castigo.
EliminarBesos.