Restos.
Volvió a casa un día... a sus
restos
pero la vida no abre la puerta
cuando las sombras alargan los
brazos.
La maldad, el rencor y la
envidia rodean...
recuerdan: la contienda no ha
terminado
y muestra sus cartas marcadas
expoliando almas... manchando de
rojo la nieve callada
esencia de inocentes se derrama.
Sin justicia... en roca se graban lamentos.
Se durmió la vida, solo
resisten nublados
donde el glacial cielo extiende
su atuendo
nadie sabe, si para congelar el
dolor
o para adornar la tierra
y coagular su sangrado.
Él sigue ahí... resistiendo
los días y su maltrato
la muerte avanza al mismo paso
rodea los minutos... recordando...
la vida es un trío
que va de la mano.
II
Sin rendición: sigue
buscando...
algún rito sagrado, sin dioses,
ni druidas,
descubre... como trabajan los
santos.
Aquellos devotos sagrados
que esconden sus garras detrás
de sus hábitos.
III
Ya, nada importa,
tan solo sobrevivir a la
barbarie, a la perdida
al ultraje... lavar las heridas
con la fuerza y el coraje
que da la inocencia de nacer y
saberse honrado.
Ya no inmutan la miradas ni los
brazos,
tan sólo la muerte comprendió
su estado
y siguió caminando; al mismo
paso,
sin darle un abrazo...
observando el verdadero valor
del SER HUMANO
hasta que los tres se dieron la
mano.
Laborioso poema, lleno de desgaste dejado de una vida.
ResponderEliminarHay versos que son muy profundos, en especial me han gustado estos:
"la vida es un trío
que va de la mano"
Abrazos
Rosa
Querida Rosa hay vidas que son todo un ejemplo de honradez y dignidad.
EliminarGracias por tu bella compañía.
Abrazos.
Un gran poema.
ResponderEliminarBesos
Marisa, un placer tu compañía, gracias.
EliminarBesos