27 febrero 2015

Abundancia



Posada en la vacua incertidumbre del vacío,
me llega el sonido del molino
cuando la corriente abre la puerta del silencio
perfumando el ambiente con su harina.

Mi memoria, despierta atando cabos
Y me alumbra la riqueza de saberme
arropada de abundancia… en éste bello jardín prestado,
una tierra que cosecha lo sembrado… trigo y mieles
se rodean con dulces frutos… néctar que embriaga…
entre moras, almendros, castaños y naranjos florecidos.

Recojo las cosechas con suspiros y alegres melodías
expandiendo emocionada, la dicha, de sabernos elegidos.

Recoged pues el testigo; esta brisa fresca
que nos ofrece el destino.

18 febrero 2015

¡Allá donde estés!

Para ANA MARIA

Naciste en el pueblo de la Alhambra
Trasportabas sueños y vida...
 impregnada de Granada.
A tu paso; construías jardines con aroma de jazmines
y rosas perfumadas de sonrisas.
 Cálidos abrazos sin espinas regalabas.
Y te fuiste es silencio… sin suspiros,
Despidiéndote con la mirada,
dibujándome en el firmamento tu estampa...
el reflejo de tu ángel con la luna a la espalda.
Aún estamos a tiempo, si con tu varita mágica
tocas a los dormidos que perdieron la esperanza,
y aquél aliento bendito que descansa en tu almohada
despierte a la luz del alba...
 y esas letras guardadas en el rincón de tu casa
vuelen a cielo abierto, como si fuesen palomas...
porque le crecieron alas.
Recuerdas!
TÚ sabes mejor que yo.

*“Cuando yo abandone el mundo
Me uniré al amor
de los que ya están allí
y en la eternidad Eterna
seremos luz,
Luz al fin”
 (Ana María)

El ocaso de los endiosados.


Pergaminos se quiebran a través de siglos de barbarie;
La injusticia con su bandera aletea en al Olimpo
Danzando con el vals de las mariposas.
La soledad, se embarca poseyendo los restos del naufragio,
carabela que traslada los tesoros ocultos entre sacrílegos menajes.
¿Acaso no quedan hombres?
En el cielo; arrasó la hambruna, quebrando los estandartes.
En el purgatorio; las almas deambulan a ninguna parte,
Victimas de sus propias ambiciones; malgastaron los terruños  
en una tierra que ya no admite arado… entre seres que se comieron la semilla, sin dejar grano.
En el infierno, vuelan las naves en un ir y venir a la luna y sus hangares…
enterrando los cadillac y aparcando los yates…  oxidan los arrecifes,
y preparan sus viajes vendiendo Marte y sus supuestos mares.
En el ecuador de un instante crece una virgen.
Preñada de siete dioses sin padre…
Parirá respeto, esperanza, empatía, honor y honradez… serán el alma mater.
Amamantados con justicia y amor… raza de ángeles.
Mientras, en el paritorio; se oyen gritos de la codiciosa Mesalina,
con cada contracción; vomita engendros, ricos, pobres y miserables… sin orden, todos son del mismo padre sin ángel.
Sus apellidos, lo dicen todo… karma que arrastran allende los mares… o de  volcanes.
Los ciegos los siguen… mejor eso, que limpiar la cuadra de sus patéticas miserabilidades.
Los sordos, etiquetan al gusto sus atrocidades con sellos y monedas; imitaciones de chocolatinas, sin chocolate.
Los alquimistas, barajan pócimas, inventando un mismo idioma,
exento de pirañas y primates.
Pero... ¿acaso no quedan hombres?
Déjame que cambie la esquela de este futuro incierto, por otro que arrope en equidad, RESPETANDO el sudor ajeno; esencia de justicia y derecho.

¡O simplemente; apártate y medita sus nombres!
pues han de criarse las manos, que libres estén de malos ajuares... capaces de cambiar los puntos cardinales.