26 marzo 2014

Reflejos perdidos:






No soy poeta, 
ni lo pretendo,
solo vibro al compás de lo que siento,
me llega, veo, leo o pienso.
Es mi canto un puñal
que rompe y desgarra la piel
golpeando el interior.
¡Despierta
la esencia que llevas dentro!
si, lo que en ti crece, no nació muerto.

Eres bella primavera, la que el sol
                            guarda y enseña.
El corazón del mendigo;
no es lisonjera limosna...
                                lo que espera.

El bosque, grita su nombre
Él, solo ve una arboleda.
Triste otoño despoblado
de palos y hojas secas

Arrastrando va sus pasos...
                          ni huella deja siquiera,
flotando entre dos mundos,
carga morral, de penas sin gloria.

Adormecido en un banco,
su alma se cristaliza y congela
si no despierta primero
pensando que ya es invierno...
Al llegar la primavera.

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