29 abril 2013

Ni espacio ni tiempo.


Encuentra tu oasis.

¡Ni espacio ni tiempo!
¡Más!


Solo un reloj de arena 
Diminuto mineral 
Transportado por el viento
    del desierto. 

Sus manillas, convierten 
en dunas suaves u oscuras 
cada hora de tu vida.

Difíciles de cruzar, 
te elevan o arrastran 
   hasta taparte con la fuerza 
de una losa de granito. 

Te ciega y en la tormenta,
no escuchas el sonido 
de otras tierras lejanas.

Aquellas que te transportan
a un oasis.

Donde lo importante es despertar 
de la mano, en el mismo lecho. 

¡A aquellos que se esconden tras el visillo!!!


Imitas
 suave vibración... de dulces palabras
esperando música celestial 
para tus oídos y así calmar 
la hambruna de tu ego enfermizo.
Recibes, el mismo sonido.
El que vibra, y huye despavorido.
Nada queda...
¡solo vacío!

¡Cualquier día!


Cualquier día de primavera
florecerá la esencia 
en recompensa de un tiempo pasado.
Solo aquel que conoció la tristeza 
descubre la belleza 
de los pequeños detalles
en las pequeñas cosas.

La felicidad es una emoción interna.

23 abril 2013

¡ VIVE ! ¡ DEJA VIVIR !





¿A dónde nos lleva?
Andar por caminos y sendas
de un tiempo pasado
pisando huellas de otros pasos
cometiendo lo mismo errores 
día tras día, año tras año.

¿A dónde nos lleva? 

usar palabras de otros 
las mismas frases, 
el mismo sonido de antaño.

¿A dónde no lleva? 

mirar con ojos opacos o,
cerrarlos al día y la noche 

en este mundo insensato.

¿A dónde nos lleva? 

no sentir el olor y tacto
del hombre y la naturaleza 

unidos de la mano.

Tú vibras al son 

del nombre que habitas
siente tu ritmo, 

baila, ríe, canta, sueña
tu propia creación está en marcha.


Busca tu vereda
limpia de barbechos allí donde pisas
seguro encuentras tu camino interior.


Más, asegúrate, el más fuerte

es el que se controla a si mismo.


La vida se escribe 
en renglones torcidos.
Huella deja en caminos y sendas
a veces, la piedras impiden el paso
o tal vez las señales de otras vidas 
marcando el ritmo, 
confunden la dirección.

Difícil encontrar la marca de un pasado
que pudo ser y no fue.
Solo el recuerdo queda, 
bello, idealizado tal vez.
Ahora llegó tu tiempo de ser, 
sentir y comprender.

Descubre pues tu vereda, 
mira y, con paso firme,
marca tus propias señales.

Nunca es tarde 
para perdonarte, perdonar,
pedir perdón.

¡Esta vida es tuya! 
¡Vívela!