Nos arrastran.
La venganza
no solo hiere al vencido,
También al vengador clava,
sin percatarse siquiera
tremenda puñalada al alma.
Profunda tristeza en su agonía,
arrastra.
Los clavos ardiente
que el mismo se clava.
Disimula, en vindicta revancha.
Represalia que envuelve
en superioridad,
hasta que mengua sin remisión
y queda en desventaja.
¡Juicios y batallas perdidas
nos gobiernan y avasallan,
el ego se eleva,
ensalza su risa
risa que estremece,
sarcástica sátira!.
Al fin, cuando
el tupido velo levante tu día
y la noche retorne
al volver a casa
comprenderá.
¡Solo él, es responsable
de perder la batalla!.
También al vengador clava,
sin percatarse siquiera
tremenda puñalada al alma.
Profunda tristeza en su agonía,
arrastra.
Los clavos ardiente
que el mismo se clava.
Disimula, en vindicta revancha.
Represalia que envuelve
en superioridad,
hasta que mengua sin remisión
y queda en desventaja.
¡Juicios y batallas perdidas
nos gobiernan y avasallan,
el ego se eleva,
ensalza su risa
risa que estremece,
sarcástica sátira!.
Al fin, cuando
el tupido velo levante tu día
y la noche retorne
al volver a casa
comprenderá.
¡Solo él, es responsable
de perder la batalla!.